viernes, 27 de agosto de 2010

Amanecer de una Venganza

A nuestro antihéroe (a quien por el momento voy a llamar Lee) lo vienen a buscar dos sicarios (marido y mujer) Él pelea con ambos y logra neutralizar a uno (la esposa)

La sostiene por detrás y con un cuchillo rodeándole el cuello, mira amenazante al hombre y le pregunta quien lo envía. Este responde:

- No creas que me vas a intimidar de esta manera. Ambos conocemos nuestros trabajos y los sacrificios que acarrea ser profe...

Sin más preámbulos y ningún tipo de pudor, le rebana el cuello a la mujer. Y no de esos degüellos comunes, sino que le enterró el cuchillo en una punta y con fuerza se lo llevo hasta el otro lado.

Esta, arrodillada y desangrándose, mira por última vez a su marido antes de desvanecerse en el suelo, quien le responde con una estúpida mirada, mezcla de incomprensión y un poco de miedo.

Pero Lee no se contenta con eso, sino que patea la cabeza de la mujer muerta con tal fuerza que toda la sangre se dispesa por el pastizal y su cuello emite un ruido similar al de quebradura. Su cabeza esta por desprenderse.
Esto desata la ira del viudo quién ahora deja de lado los negocios y quiere venganza. Levanta una herramienta que ahí allí tirada (aún no se me ocurre que carajo podría ser) y se lanza bruscamente contra quién le arrebató su compañera de vida.

Inútiles son sus esfuerzos. Se ve ampliamente derrotado ante su experimentado contrincante. Este, antes de dar el golpe que convierta el lugar en una tumba matrimonial, le dice:

-¿Pensas decirme quién te envió?

El vencido se limita a mirarlo con odio, aunque, con un poco de impotencia.

-Perdón. ¿Quién LOS envía? - añade Lee.

El hombre tose, atorado en sangre y se entrega derrotado a su rival. Se desvanece esperando el último golpe.
Pero Lee le dice:

-Si lo que queres, es venganza, seguro vas a saber dónde encontrarme.

Se levanta, dejando al triste viudo detrás. Le dio, confiado, una segunda oportunidad.

Pero este aún es preso de la cólera. Intenta ponerse en pie y con el arma asesina de su esposa, intentar acuchillarlo por la espalda (un movimiento bastante traicionero, pero en la venganza no existen códigos)
Al apoyar su pie derecho, este le produce un inmenso dolor (quizás debido a los constantes golpes recibidos) que lo obliga a dejarse caer.

Gritando patéticamente en el piso, dando alaridos, hace llamar la atención del asesino, quien vuelve. Agarra el cuchillo de su lado y dice:

-Ah, mira. Casi me olvido el cuchillo.

Gira hacia su camino y se pierde a la distancia, llendo quien sabe dónde.

Pasa un largo tiempo recostado (el viudo) hasta que al fin cree poder ponerse en pie. Estaba equivocado. Aún le duele y el intentar pararse intensificó su dolencia.

Pasa la noche recostado. Pero no en el mismo lugar; se arratro hacia el cuerpo de su esposa. Pero guardo distancia. Le asustaba ver que la cabeza se había desprendido completamente.

La luna se refleja en el lago cercano, pero ya va siendo hora de hacer su rutinario cambio. Ahora esta llegando el turno del sol.

Intenta nuevamente ponerse en pie. Esta vez lo consigue. Con un lígero malestar, pero nada que no pueda soportar. Se acerca aún más al cuerpo. Lo ve y comienza a llorar. Decide levantarlo y encontrar un lugar para enterrarlo.

Y así se lo ve. Caminando a orillas del lago, con esa tímida salida del sol. Con el peso en sus ojos y la tristeza en sus brazos. Y la cabeza encima.

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